El viento del enojo

El viento del enojo

El Istmo es el dorado de las empresas europeas, quienes desde 2004 implantan parques eólicos. La energía producida no es tan verde como se cree y no beneficia a las comunidades quienes pagan su electricidad. La electricidad es vendida a la CFE y a otras multinacionales. Acaban siendo aberraciones ecológicas y las comunidades deploran que esos parques no toman en cuenta su opinión, además de que las tierras comunales no se respetan. La corrupción del Estado permite esta situación. En el caso de UH, veremos cómo la comunidad es impactada por la industria del viento. Luchan por sus tierras ya que EDF quiere instalar un tercer parque eólico en sus tierras. Unión Hidalgo va a usar la ley del deber de vigilancia francesa que responsabiliza las empresas transnacionales que violan Derechos Humanos. 

Entrevista

Guadalupe: Miren, estamos rodeados de aerogeneradores y hay gente que no duerme con todo este ruido. No les puedo decir cuántos decibeles son, pero nos molestan, estamos muy cerca, no está normado. Me llamo Guadalupe, soy indígena zapoteca de UH.

Reportera: Las primeras casas están a unos 100 metros de las eólicas, pero hay otras que se encuentran debajo de éstas. Miden 80 metros de altura y estas casas son granjas, con animales y cultivos, hay muchas eólicas. Hay tantas que ni se pueden contar. ¿Y estas tierras a quien pertenecen?

Guadalupe: En UH no existe la propiedad privada, todas las tierras son de la comunidad, por eso los contratos de Demex (empresa española que está aquí desde 2006) están hechos y con personas que supuestamente son propietarias, pero no lo son, ya que es tierra de régimen comunal. Ahí está lo ilegal.

Reportera: Es ilegal según Guadalupe, pues hay una visión ancestral de como regir las tierras, pero a nivel del derecho mexicano, nada está realmente escrito sobre esa tradición, entonces las compañías aprovechan este vacío jurídico para privatizar las tierras hablando con los campesinos. Es una práctica que las autoridades mexicanas toleran desde el inicio. ¿De qué vive la gente de UH?

Guadalupe: La gente vive de agricultura, pesca, ganadería, artesanía; hay muchas cosas por hacer por lo que no se necesita una empresa extranjera para que nos venga a imponer su definición del progreso.

Reportera: Hay una granja debajo de una eólica.

Guadalupe: Sí, a esos se les dice propietarios, pues tienen sus tierras y las rentan a las empresas. Pero el propietario perdió un hijo, lo mataron, porque hacía parte de un sindicato.

Reportera: Cuando hablamos de sindicatos, hablamos de camioneros, obreros, conductores que se organizan para obtener grandes contratos frente a las empresas de electricidad; que necesitan mucha mano de obra para la construcción de los parques. Los montos de los contratos son tan grandes, que a veces los sindicatos no están de acuerdo con las condiciones de trabajo o salario y hay conflictos que pueden ser en el grupo o entre los grupos; y esos conflictos pueden desencadenar en muertes y asesinatos. Desde 2018, 20 personas han muerto por esas peleas.

Guadalupe: Eso también traen las empresas, conflictos y delincuencia relacionada con el trabajo que traen.

Reportera: ¿La violencia apareció en 2011 con las eólicas?

Guadalupe: Sí, hay más violencia desde la llegada de las compañías transnacionales.

Reportera: Nos topamos con la familia de Guadalupe, quienes tienen vacas y trabajan justo debajo de las eólicas. Hay una vaca que acaba de tener a un becerro.

Antonio (familiar de Guadalupe): Yo trabajo aquí y me encargo de los animales, tenemos 70 vacas y vemos diario que no les falte nada. Hoy venimos por la vaca y el becerro para traerlos más cerca de la granja.

Reportera: ¿Aquí siempre hay viento?

Guadalupe: Sí, ahorita va a iniciar la época de calor y se va a reducir un poco el viento, pero ahora por eso vemos las palmas de las eólicas dar vueltas tan rápido.

Reportera: ¿Y qué opina usted de las eólicas?

Antonio (familiar de Guadalupe): El ruido nos molesta mucho a los que vivimos al lado, casi ni podemos dormir, nos cae aceite encima. Por ejemplo, la eólica que está parada allá pierde aceite y por eso un vecino perdió su cosecha. Como hay viento, cae el aceite en el campo y hasta en el agua del río.

Reportera: ¿Ve los beneficios sociales y económicos de las eólicas?

Antonio (familiar de Guadalupe): Nosotros no, nosotros tenemos que trabajar para comer, no nos ayuda en nada, ni dinero, ni trabajo.

 

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Aerogeneradores rodean una propiedad en Unión Hidalgo, Oaxaca, México. Foto: prodesc.org.mx

Reportera: Estamos en las oficinas de EDF en Juchitán. ¿El viento es una oportunidad inesperada?

Empleado EDF: Pues sí, antes no le veíamos el lado positivo al viento y decíamos que feo viento y las ciudades no tenían asfalto entonces era mucho mugrero. Ahora con los proyectos eólicos pues le sacamos provecho al viento, nos permite producir energía limpia y eso es bueno para aprovechar.

Reportera: Vemos fotos de construcción de eólicas…

Empleado EDF: Las fotos que ves son parte de la construcción de eólicas, aquí la parte solida y de las torres.

Reportera: ¿Y las comunidades se benefician de la energía producida por las eólicas?

Empleado EDF: Ahorita, lo que produce aquí es para la venta de electricidad, no se está produciendo para consumo directo de la sociedad.

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Una finca y un plantío de sorgo a pocos metros de un grupo de aerogeneradores en Unión Hidalgo, Oaxaca, México. Foto: prodesc.org.mx

Reportera:  Estoy en Unión Hidalgo, ciudad pequeña de 15 000 habitantes, lo que impacta es que la ciudad ha sido muy afectada por el sismo de 2017 y a pesar de los millones de dólares de las empresas de energía eólica, la ciudad sigue igual.

José Carrasco Ordaz: Unión Hidalgo es tierra de esperanza con los proyectos eólicos.

Reportera: ¿Es propietario de tierra?

José Carrasco Ordaz: Soy propietario de tierras que corresponden a las necesidades de EDF, y también soy granjero. Tengo 62 hectáreas.

Reportera: ¿Y cuántas eólicas?

José Carrasco Ordaz: Por el momento no hay nada, no sabemos, porque surgió un grupo que la empresa le dio mucha importancia, yo no sé por qué son dos o tres opuestos al proyecto. El pueblo quiere la construcción de las eólicas, aquí somos pobres y abandonados, en parte por el sismo, por lo que el beneficio será para todos, hasta los que no tienen. Según la empresa, habrá mejores escuelas y clínicas, ya no tendríamos que ir a otro lado. Quiero decir que la empresa no prohíbe al propietario cultivar sus tierras, nada va a cambiar, el parque se va a hacer más bonito. Ahorita no se ve, la empresa dice que por el momento no hay, pero que cuando empiece la producción vendrán los beneficios. Dicen que se detuvo por la epidemia, por el momento no hemos recibido dinero de EDF, solo el dinero para apartar las tierras con 6500 pesos por hectárea. Para nosotros es poco, pero la empresa se escudó por la pandemia.

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Un terreno de cultivo comunal en Unión Hidalgo, Oaxaca, México. Foto: prodesc.org.mx

Reportera: ¿Está festejando algo?

Vecina de Guadalupe: No, yo en mi casa siempre pongo música porque es mejor que el ruido. Así lo olvidamos y aprendemos a vivir con él.

Reportera: Estamos con la vecina de Guadalupe, es una casa simple y bonita con un techo de lámina. Hay un gran árbol de mango que hace sombra a toda la casa, debajo de la casa está el rio y del otro lado se ven las eólicas.

Vecina de Guadalupe: Nosotros vivimos en esta tierra, al lado del rio, pero el vecino, propietario de ese terreno hizo instalar eólicas pensando en ganar dinero sin pensar en nosotros, cuando el viento es fuerte parece helicóptero y como nuestra casa tiene lamina hace mucho más ruido, pero como somos pobres nadie nos escucha.

Reportera: ¿Hace cuánto están las eólicas?

Vecina de Guadalupe: Los generadores hace como 5 años que los instalaron.

Reportera: ¿Y el vecino es más rico que antes?

Vecina de Guadalupe: Nada, anda manejando una moto. Los que se están beneficiando son los del extranjero. Las empresas dan un poco dinero a los propietarios para comprar comales, pero es todo. Es ella (la empresa extranjera) la que tiene el dinero.

Reportera: Está el río y las eólicas están a 100 metros, ¿no?
Vecina de Guadalupe: A 150 metros. Sí, porque cuando estamos en el río la eólica está a 100 metros, pero ya no vamos porque el rio está seco, antes íbamos a lavar la ropa, pero ya no hay agua. Las eólicas creo que absorben el agua de la tierra.

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Un aerogenerador derramando aceite, tratando de ser contenido con un trapo de tela. Foto: prodesc.org.mx

Reportera: Estoy en el hospital de Juchitán, es como la capital de las eólicas, a 20 minutos de Unión Hidalgo. Parece que es aquí en donde el representante de EDF, Rafael Cacho anda dando material médico.

Rafael: Entregamos unas mascarillas NK95 en el hospital para apoyar a los médicos que trabajan en la parte de COVID.

Reportera: ¿Acostumbra a hacer muchas donaciones?

Rafael: Si, hemos apoyado el hospital, pues hubo problemas de energía por el sismo, entonces encontramos soluciones para que al hospital nunca le falte energía. Damos apoyo en combustible para ambulancia y para los pueblos, como en Santo Domingo que hay un centro de salud que apoyamos proporcionando los muebles, instalaciones interiores. Igualmente, también construimos (como palapas) para que los niños puedan tener sombra en el recreo, hay canchas de básquet y renovamos los WC de las escuelas. El presupuesto anual para ese proyecto de apoyo es de 6 millones de pesos, es parte de la responsabilidad social, ya sea dado por beneficio directo o indirecto.

Reportera: ¿Entiende el enojo de la gente?

Rafael: Pues sí, yo como paisano y originario de aquí de la población los entiendo, pero tengo la impresión de que estos proyectos sí benefician a nuestro pueblo, son proyectos que respetan reglamentos y los estudios de impacto ambiental, no hay problema, pues no son proyectos que traen problemas a las personas.

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Un terreno de cultivo comunal en Unión Hidalgo, Oaxaca, México. Foto: prodesc.org.mx

Reportera: Hay dos abogados que acaban de llegar a casa de Guadalupe, se llaman Guillermo y Briseida, vienen de México y trabajan en ProDESC, una ONG que defiende los derechos humanos y desde 2011 acompaña a los habitantes de UH en su lucha contra los parques eólicos, y ahora por el COVID, las personas no se pueden reunir en la sala comunal entonces se reúnen en casa de Guadalupe, que se ha vuelto como la oficina de quejas.

Comunero: No es solo un problema legal, es también un problema político, económico y social; desafortunadamente la mafia y los cárteles han controlado a la gente, todo es con extorsión, con amenaza y con asesinato. Ha habido muertos en la Venta, el pueblo vecino, la policía estatal y el gobernados están a favor de los parques. Hay muchos intereses de por medio y nadie se preocupa por nuestro pueblo y por nuestras vidas.

Reportera: ¿Me puede contar cómo empezó esta historia con la empresa?

Guadalupe: Todo inició en 2009, en ese año supimos de un proyecto que llegaba a nuestra región y comunidad, pero no teníamos información, no sabíamos qué era un proyecto eólico. Cuando nos visitaron para hacer parte de ese proyecto, nos dijeron que todo era para progreso y desarrollo. Mi esposo y yo tenemos tierras. Por ejemplo, decía en el contrato que tendríamos el beneficio de hacer trabajar a nuestra familia en el parque, pero había grandes diferencias entre el contrato y lo que realmente pasaba. Eso me inquietó.

Reportera: ¿De cuánto era la renta?

Guadalupe: El contrato decía que por cada eólica, nos iban a pagar 15 000 pesos por año. En nuestro terreno iba a haber 3 eólicas, pensábamos que era bueno, porque no teníamos punto de comparación, pero luego nos dimos cuenta de que nuestro contrato era más bajo que el de los demás; y fue cuando dijimos no queremos ningún aerogenerador, queremos la anulación del contrato. Y ahí la compañía nos dijo que no era posible, que el contrato estaba firmado por 30 años, y nuestra primera intención fue ver al gobernador, pero él nunca nos recibió.

Reportera: ¿Cuántos propietarios se encontraban en la misma situación que ustedes?

Guadalupe: En ese momento eran como 70, pero empezaron a convencerlos, a cada uno, de abandonar la lucha y al final algunos nos dijeron que estaban listos para aceptar lo poco que les daba la empresa. Nos dimos cuenta de que luchábamos contra dos monstros, por un lado, la empresa y por otro el Estado que protege la empresa. Logramos que nada fuera construido en los terrenos de las personas que se oponían al proyecto. En 2011, mi esposo y yo fuimos víctimas de agresión, un grupo de delincuentes que quieren el proyecto casi nos matan, íbamos en la carretera para ir a Juchitán y nos dispararon.

Reportera: En la cabeza de los sindicatos están los mafiosos locales y quieren que los proyectos se lancen.

Guadalupe: En teléfono nos han amenazado, me han dicho que le pare o me matarán. Somos pocos luchando por estas injusticias, por las desigualdades, por el abuso y la injusticia de las empresas, pero veo que yo y los que se oponen al proyecto somos más fuertes y convencidos de que no podemos callar.

Guillermo: ProDESC trabaja con UH desde 2011, cuando lanzó una acción para ser defendidos por los contratos firmados con Demex.

Reportera: ¿y desde entonces hay un nuevo proyecto que viene de EDF?

Guillermo: Sí desde 2017 rumores corrieron en la comunidad sobre un nuevo proyecto eólico y poco a poco vimos que la empresa ya tenía contratos por su filial Eólica Oaxaca. El proyecto, de acuerdo con la manifestación ambiental, es de 4 700 hectáreas, 115 eólicas, 300 mega watts, es decir, un tercio de la comunidad de UH. Además, las comunidades tienen un nuevo obstáculo que es la imagen de las energías verdes que hace invisible esta lucha, impide mostrar violaciones que van con ellas. La transición energética debería ir con una mejora de calidad de vida y respeto a los DESC, pero esos derechos son los primeros en ser violados en donde hay energía verde.

Reportera: Le reprocha muchas cosas a EDF, como una falta de consideración de las comunidades, la contaminación, los problemas de ruido y los contratos que traen mafiosos. En Francia se voto la ley de debida vigilancia para castigar empresas francesas y filiales. ¿Piensa que este caso entra bajo dicha ley?

Guillermo: Sí, no es tanto lo que pensamos, más bien actuamos en función de esa ley. En octubre ProDESC, la comunidad y el ECCHR interpusieron una demanda legal en Francia, porque en México es muy difícil que la comunidad logre una acción legal, por eso son importantes esas leyes. Ahora hay que ver su eficacia, es una oportunidad para el gobierno francés de generar este tipo de leyes para prevenir violaciones.

En octubre de 2020, se interpuso la demanda, ¿sabemos cómo va este proceso? Por el momento, el proceso sigue su curso, según Marion (la reportera), EDF va a tener que explicarse ante la justicia, pero aún no hay fecha… Es un caso para darle seguimiento.

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Programa: Point de fuite

Tema: México: el viento del enojo

Medio: RTS

País: Suiza

Fecha: 10/05/2021