Desde hace más de una década, la instalación de parques eólicos en comunidades indígenas al sur de México a manos de capital extranjero, permanece como una amenaza siempre latente.
Esta es la historia de lucha y sobrevivencia de la comunidad indígena zapoteca de Unión Hidalgo, ubicada en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, ante el embate de las empresas transnacionales de generación de energía eólica.
Comuneros, palmeros y mujeres en resistencia, se enfrentan al despojo de su territorio en nombre de las “energías limpias” y a la invasión de su tierra. Con la instalación de los gigantes de viento impuestos por corporaciones transnacionales, esas que se benefician de la corrupción dispuestas a todo con tal de asentarse en la región; la vida encuentra caminos cada vez más reducidos.
Desde 2015, Électricité de France (EDF), la mayor empresa transnacional de energía francesa y uno de los principales productores de electricidad a nivel mundial, busca construir el parque eólico Gunaa Sicarú (Mujer Bonita en lengua binnizá o zapoteca) en tierras comunales de este pueblo zapoteca.
Tras 10 años de resistencia en defensa de su territorio y con un proceso plagado de agresiones, mentiras y manipulación por parte de autoridades y gobiernos locales; la comunidad de Unión Hidalgo ha llevado a un tribunal de París, Francia a este gigante eólico por violaciones que ha cometido a sus derechos humanos y ataques a defensoras y defensores de territorio en la necia y ciega implementación de su proyecto eólico Gunaa Sicarú.
Esta es la historia de Unión Hidalgo, una comunidad que resiste en unidad y fuerza para retomar su vida comunitaria y sostener su cultura.
Es la historia por recuperar su tierra, el legado de una lucha histórica de la que sus ancestros zapotecas estarían orgullosos.
La defensa de su territorio comunal, es la propuesta por la vida y el progreso. Una historia en la que ese progreso tiene una cara distinta de la depredación y el saqueo. Esta es la historia de la resistencia contra los que se creen dueños del viento, la marea, la tierra… y de la vida.